martes, 1 de enero de 2013

Eso ya no era amor, eso era costumbre.


Empecé a quererte y luego a amarte, te tenia junto a mi a cada instante, muchos años dedicados a este amor.
Terminé acostumbrándome a la suavidad de tu cabello, a tus estilos cambiantes y a como mis dedos se entrelazaban en ellos.
Terminé acostumbrándome a el color de tus ojos, esos ojos marrones que me miraban con ternura y ya no habría otros que lograran captar mi atención como los tuyo.
Me acostumbré además a la perfección de tu mirada, aquella mirada que no olvidaré jamás.
Terminé acostumbrándome a la tonalidad de tu piel, a tu fragancia, a tu voz, los cuales me seguían a donde fuera, siempre estaban allí.
Me acostumbré a tus manos cálidas y pequeñas, a tu sonrisa, a tu cuerpo, a tu personalidad, a tu humor, todo aquello que te representa y que ya no poseo.
Terminé acostumbrándome tanto a ti, en especial a tus besos que siempre me hacían sentir en un éxtasis de pasión... si esos los extrañaré.
Y tanta fue la costumbre de tenernos y no tenernos, de estar juntos y luego decir adiós, de todo lo que eramos y de este amor que era evidente decir, "ya no era amor, era una costumbre"